Ayer eras el destello de un amor sin prisas codiciando el futuro como una proeza.
Aunque sin discuciones y sin treguas el tejado hoy anuncia tempestad y la caricia desesperada de mi desgana precedió a la ruptura,
y ahora solo somos estrellas perdidas tratando de iluminar nuestra oscuridad con versos con besos con humo de cigarillo, con tu trozo de vida y mi media luz.
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